Rodeó la esquina de la mesa y se plantó ante mí. Extendió la mano izquierda y me levantó la barbilla. —Raymond Chandler —La hermana pequeña.
Caminábamos descalzos por el fino hilo que separa la cordura y la locura. Nos prometimos amor eterno. Amor para siempre durante un breve período. Porque él me abandonó a mi suerte y yo me abandoné a secas.
No era un día cualquiera. Era jueves, y a mí me gustan los jueves. Íbamos a vernos. Necesitaba estar con él. Verlo. Sentirlo. Acariciarlo. Perderme en sus ojos azulados y morderle el labio inferior. Juguetear con su pelo cobrizo y recorrer su espalda con la punta de los dedos. Cuando tocó a la puerta me sobresalté, pero empujada por la alegría de saber quién me esperaba tras aquel viejo tablón de madera salí corriendo de la cocina, y aunque a penas recorrí un par de metros, le abrí casi sin aliento.
- Hola Aubry - Dijo, con el semblante serio.
- Hola Marc - Respondí abrumada por el tono de su voz. Quería lanzarme y besarlo, pero algo me decía que no era el momento. Así que apreté los puños, me mordí el interior de la mejilla e hice un ademán para que pasase dentro.
Una vez en el salón, le sugerí que tomase asiento, pero me hizo un gesto de negación, y en ese momento comprendí que realmente algo no iba bien.
- ¿Qué ocurre, Marc? - Pregunté.
- Aubry... Tengo que irme.
- ¿Qué? ... Pero si acabas de llegar.
- No, digo irme de la ciudad... Del País.
- ¿Cómo que te marchas? ¿A dónde?
- Es difícil de explicar. Tengo que irme a Noruega por motivos personales... Ya sabes que la mitad de mi familia está allí.
- No puedes irte...- El nudo de mi garganta amenazaba con ahogarme, y yo no estaba dispuesta a luchar demasiado tiempo. Mis ojos enrojecidos por las lágrimas que estaban a punto de empezar a caer sin freno, decían mucho más de lo que yo era capaz de expresar con palabras. Enterré el rostro entre las manos para ocultarme. Y le grité que se fuera. Gracias a dios, no me hizo caso. Rodeó la esquina de la mesa y se plantó ante mí. Extendió la mano izquierda y me levantó la barbilla, enjugó mis lágrimas y muy despacio, con una delicadeza impropia de él, acercó sus labios a los míos para sellar una promesa que aún no me había hecho.
Apenas volvimos a hablar en toda la tarde, yo aun estaba asimilando la noticia.
- ¿Cuándo te vas?
- Mañana. - Otro jarro de agua fría.
- ¿Por qué has esperado hasta hoy paara decírmelo?
- Porque no quería que nada cambiase entre nosotros.
- Ahora todo ha cambiado en una fracción de segundo.
- Lo sé, y lo siento... Pero estos últimos meses han sido maravillosos a tu lado... Aubry... Te...
- No lo digas... - Y el nudo de mi garganta se vuelve de fuego y me abrasa por dentro.
- ¿Me olvidarás? - Pregunta cabizbajo.
- Cada día de mi vida.
Y volvimos a besarnos. Poniendo punto y coma a una historia, que quién sabe, tal vez se vuelva a reescribir con final feliz.
Dios mío, me ha encantado lo del punto y coma a la historia, quién sabe, tal vez cuando se vuelvan a ver pueda volver a surgir algo... Me siento tan identificada :'(
ResponderEliminar¡Un beso muy muy muuy grande! <3
Me ha gustado ese giro del final, esa manera de decir "no podré olvidarte" porque voy a olvidarte todos los días de mi vida.
ResponderEliminarY mira que no me gustan los relatos que hacen promesas eternas, que detesto mirar a la eternidad porque sólo creo en el segundo presente, quizá un segundo más tarde, sea tarde. Pero escribes de un forma tan clara y tan intensa, que me lleva a ver esas promesas y no asimilarlas tan descabelladas, aunque sí muy complicadas de realizar. Porque el fuego que arde ahora, se va a un país nórdico lleno de hielo. Porque el conocimiento de la marcha se produce en un día que le encanta... O quizá porque el dolor ya no deja saber nada. Estas despedidas son las más crueles, porque duele doblemente, no hay consuelo ni para que el que se va ni para el que se queda. Y si uno es enrevesado, comienza a hacerse preguntas, comienza a dudar de la pureza del sentimiento, de qué puede ser más importante que los latidos del corazón para marcharse... Y eso, seguro, provoca más dolor todavía.
Pero los detalles, la ternura, las cosas que comparten... te dan ganas de que la historia se reescriba con un final feliz, sí ^_^.
Un beso grande, preciosa. Y que tengas un día lleno de cosas bonitas.
Adoro la ternura en la que escribes , eso hace que mi mente se imagine todos los sucesos.
ResponderEliminarSigue escribiendo así, un gran beso! :)
¡Hola! <3
ResponderEliminarun poquito triste pero precioso. Me gusta este tipo de historias, las románticas con finales emotivos, y tú lo has clavado ^^ me encanta
¡Un besito!
Me hubiera gustado saber todos los motivos. Si yo fuera ella no dejaría que él se fuera sin contarme realmente todo. El por qué de ese beso repentino y ahora y el por qué debo aguantar su ausencia.
ResponderEliminarMuy bonito.
Un abrazo.
awww que hermosa tristeza >.< me encantó la última frase <3
ResponderEliminarQué lindo pero qué triste a la vez, por leer un "final forzado" xq al personaje no le queda otra que irse a otro país. La última frase es un excelente final. ♥
ResponderEliminarComo siempre. Me encantaría decirte que es precioso y que escribes las palabras justas en el momento justo, pero es que siempre es así. Cada entrada es única, diferente al resto, y consigues que cada una tenga una esencia distinta.
ResponderEliminarUn aplauso enorme para ti, porque te lo mereces.
Que precioso texto, pero es aún más triste que precioso. Es una pena dejar ir amores sólo por la distancia, pero quien sabe, cada quien con sus propios problemas e ideas.
ResponderEliminarUn beso. :)
Hola Ana! Debo decirte (creo que ya te lo dije) que me encanta cómo escribis! Espero que sigas subiendo tus relatos, además es un gusto pasar por tu blog porque es tan fino y delicado que más ganas de leerte da.
ResponderEliminarTe di el premio Dardos, si gustás, podés buscarlo por acá: http://marialujangallo.blogspot.com.ar/2014/08/premio-dardos.html
Saluditos!
Encantado de pasarme por tu blog, me encanto el final de te olvidare cada dia de mi vida.
ResponderEliminarNunca he perdido un novio por la distancia pero creo seria lo peor, miles de kilometros desde españa. El amor no funcionara y en cuestion de meses solo sera parte del pasado.
Ese milisegundo que ha destrozado todo.
Un abrazo ana me ha encantado como siempre tu relato
ES tan triste cuando compartimos algo bello y bonito con alguien y por las circunstancias hacen que haya una separación abrupta
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ResponderEliminarQue hermoso :') <3
ResponderEliminarUn relato precioso, me encantan las sensaciones que transmite...
ResponderEliminarSaludos escribiendomilhistorias.blogspot.com