Se mira al espejo y no se reconoce. Ojea los apuntes, pero no consigue concentrarse, no es el Derecho lo que quiere recorrer con la mirada, no son los bolígrafos lo que quiere estrechar entre sus manos. Tampoco sabe lo que quiere realmente. Deambula por la casa vacía, en busca de una respuesta, se acerca a la cocina y abre la despensa, se queda ahí durante un rato, como si en las etiqueta de las latas se encontrase el manual de instrucciones para reconducir su vida. Suspira desilusionada. Se prepara un té y mientras oye como la leche hirviendo cae en su taza favorita, cierra los ojos y desea algo con fuerza. Vuelve a la habitación, se sienta en la cama con la taza humeante en las manos y da un ligero sorbo.
Las lágrimas caen por sus mejillas no hace nada por detenerlas. Lo necesita. Necesita sacarse la espina de lo que pudo ser y no será. Y también debe llorarse por querer haber querido lo que no supo querer.
Da otro sorbo, el dulce sabor del té chai latte hace contraste con lo salado de sus mejillas caladas. Una vez leyó que el amor, o muere o mata, porque amores que matan, nunca mueren y que cuando mueren solo hay dos opciones: engañar o romper. Y ninguna le vale.
Ultimamente tomar decisiones la aterra. Ya no se siente fuerte, ahora todo la hace dudar. Ahora ha perdido su punto de apoyo. Ahora si que tiembla a su lado. Pero a pesar de todo se levanta feliz. Y en certo modo, eso le basta, ¿Para qué más? ¿No es acaso eso lo que quiere todo el mundo? La felicidad. Las horas corren a su lado, el tiempo fluye, él hace que sienta que todo merece la pena. Y después vacío, tristeza, melancolía. La llama se apaga a medida que el rugido del motor la aleja de su felicidad, y el día que empezó siendo perfecto como su sonrisa, empieza a caer en la monotonía de los demás y se vuelve gris. Ya no le gusta.
Otro sorbo, se seca las lágrimas con cuidado. Se propone tomar una decisión y deshecha la idea en el acto. Busca en el armario un conjunto para el día siguiente, sin saber tan siquiera si aparecerá. ¿Pero no es acaso esa incertidumbre lo que hace la vida interesante? Escoge con cuidado. Desea sorprenderlo. Ya está contando las horas, otra vez por él. Siempre es por él.
Y de nuevo la sonrisa, la ilusión, el mero hecho de tener algo por lo que luchar, por lo que no darse por vencido, y otra vez la tristeza de no saber si es eso lo que quiere. Y de vuelta a las lágrimas de un orgullo que se muestra impasible. Y los gritos acusadores de un corazón marchito que lo quiere todo y de una cabeza errática que se niega a querer nunca más.
Los apuntes siguen desperdigados sobre la mesa, y el té se ha quedado frío. Ya no se lo tomará.
Esta escena me suena, te ves reflejado en algo así, por desgracia. Esperemos que pronto pase, porque el desamor no dura para siempre.
ResponderEliminar¡Un besín!
Qué duro y bonito al mismo tiempo.
ResponderEliminar¡Un beso muy fuerte! Sigue así :D
Qué triste, nostálgico y precioso a la vez <3
ResponderEliminarComo se suele decir, nada dura eternamente, ni lo bueno ni lo malo. Ya echaba de menos leerte.
ResponderEliminar¡Un besote!♥.
¡Hola! ^^
ResponderEliminarAcabo de conocer este blog por casualidad, a través de otro blog, pero... ¡bendita casualidad! Me encanta, de verdad: el título, el diseño, las fotos, la preciosa música... Pero, sobre todo, me gusta cómo escribes.
Esta entrada me ha encantado, es increíble lo bien que sabes descifrarte a través de las palabras. Además, tienes una forma muy bonita de hablar del desamor. Son palabras duras y hermosas al mismo tiempo, por eso han logrado transmitirme tanto. Espero que pronto lo superes. Por cierto, las últimas frases me encantan-
Espero volver pronto a este encantador rinconcito... Ha sido un placer conocerlo.
¡Un beso, que seas muy feliz!
P.D: Te dejo el enlace a mi blog por si quieres echarle un vistazo, pero vamos, que no hay ninguna obligación (de hecho, con haber pasado por aquí yo ya estoy encantada de la vida).
misspoessia.blogspot.com
Para que luego digan que no hay belleza en la tristeza.
ResponderEliminarUn saludo.
Cuando sufres desamor caes en una espiral profunda en la que es complicado salir, pero no imposible.
ResponderEliminarMe gustaría citar una frase que me ha gustado mucho y es: ''debe llorarse por querer haber querido lo que no supo querer''
Un besito.
Un momento para una misma y llorar, siempre vienen bien para ordenar las ideas, al menos a corto plazo. Si sonríe por él, bien, si sonríe por ella misma, bien también, pero ¡¡que sonría!! (no digo de estas sonrisas fingidas de fachada y escudo, aunque parezca mentira, si estás triste y sonríes aunque sea un poquito, te hace sentir mejor).
ResponderEliminarBesos
El amor, mata. Eso creo yo. Me encanta. Un beso.
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