Capítulo V.
Reunión de Arcángeles.
Ya no sabe en qué día está. Mira por la ventana y no recnoce nada. Vaga de un lado a otro de su apartamento que parece mutar a medida que avanzan las horas. Una habitaciƥn que antes no estaba ahí, puertas de colores estrambóticos, grandes ventanales que dan a muros de hormigón, trampillas en el suelo que dan al vacío. Se tambalea y se sujeta un sofá. ¿Todo esto es cosa del alcohol? Parece demasiado increíble. ¿Habrá muerto y no lo sabe? ¿Se está volviendo loco?
Se tira del pelo hast arrancarse algunos mechones, no puede más. No puede. Está cansado de seguir viviendo, y no avanza en la investigación de su hijo. Bien pensado, ¿Cómo va a avanzar si a duras penas puede mantenerse de pie? ¿Si se pierde en su diminuto y asqueroso apartamento? ¡Así no se puede!
Tocan a la puerta. ¿Y ahora quién demonios es? No ha dejado de recibir extrañas visitas, no sabe cuales eran reales y cuales no. Dos Cara... Dos alienígenas... El señor del Gas, ¡PERO SI ÉL NO TIENE GAS! ... ¿A quién le tocará ahora? Quizá un escritor famoso... O la imagen de su pequeño... Ese último pensamiento lo hace estremecer y se le llenan lo ojos de lágrimas, ¿Cam, dónde estás? ... La puerta sigue sonando, sea quién sea, se está impacientando.
Con gran esfuerzo se incorpora, grita que ya va, su voz suena rota, descompuesta, no se reconoce a sí mismo, ni a su voz. Se aproxima a pasos lentos, arrastrando los pies, el caminos se le hace eterno. Como si por cada paso que diese, la puerta se alejase dos más. George empieza a enfadarse. Al fin, consigue llegar hasta el pomo, y lo gira con cuidado.
-¿Pero qué...
-Silencio George - Le grita un chaval con vaqueros raídos y camisa negra. Va muy ceñido, está repeinado y lleva unas gafas muy grandes.
-¿Quién demonios eres tú, niñato, para mandarme a callar?
-Soy el Arcángel Miguel.
-Tú que vas a ser un Arcángel. ¿Estás loco?
-Yo diría que aquí el único loco eres tú. Dejame pasar, los demás están a punto de llegar.
-¿Qué demás? ¿De qué hablas?
-¿Es que no sabes nada de la vida? Somos Siete Arcángeles, yo me he adelantado y los demás están a punto de llegar. Vamos.
- Estás loco, muchacho, vete a buscar una novia - Dice y trata de cerrar la puerta, pero el presunto Arcángel se lo impide.
-George, queremos ayudarte.
-¿A qué vas a ayudarme?
-A encontrar a Cam - Aquellas palabras lo descolocan.
-¿Cómo sabes lo de mi hijo?
-George, déjame ayudarte, y llámame Miguel.
Abatido, abre la puerta de par en par y hace un ademán al chico para que pase y tome asiento. Se acomoda y saca del bolsillo un cubo de Rubik, lo desordena de una forma que parece imposible resolver. Se lo tiende a George.
- ¿Y esto?
Miguel no responde, la puerta se abre de golpe, y seis muchachos de apariencia muy similar van entrabdo uno por uno y acomodándose en diferentes partes del apartamento bajo la mirada incrédula de George.
- Ese cubo de Rubik - Habla el Arcángel. - Es tu única pista - George frunce el ceño, está perdiendo la paciencia - Cuando lo resuelvas, volverás a tener a tu hijo. - Se lo quita de las manos y resuelve la primera cara - George abre la boca, pero Miguel levanta un dedo para hacerlo callar - Te daré la primera pista, tu hijo ha sido secuestrado, sigue vivo, en alguna parte de la ciudad. Deberías ir a visitar a tu esposa... O a tu ex mujer, no estoy muy seguro de lo que sois ahora...
-¿Por qué...?
- Tú hazlo, descubrirás muchas cosas que tan siquiera imaginas.
Y tras decir esto, antes de esperar su reacción, los siete arcángeles desaparecen sin dejar rastro. Nada, salvo el cubo de rubik con la cara azul completada.
Es increíble lo que la desaparición de un hijo puede hacer con la mente.. ¿serán reales los Siete Arcángeles? Ya quiero leer el siguiente capítulo jajaja.
ResponderEliminarUn besito.
Cada capítulo me gusta más, ¡que ganas de leer el próximo!
ResponderEliminarUn beso.
Ostras qué interesante :D
ResponderEliminarQuiero leer más pronto ^^
Besos<33