Malditos Domingos

Era un domingo como otro cualquiera, bueno más o menos. Lolita, Ima y Bries habían quedado para hablar y pasar el día juntas.

Bries se encontraba en la mesa del salón muya atareada preparando un horario de comidas y ejercicios, donde el valor nutricional no superaba las ochocientas calorías diarias y sobraba más de una hora de deporte.

Lolita la miraba desde la cocina, incapaz de entender, porqué esa mal sana obsesión por ser delgada.

El calor del verano resultaba sofocante por aquellos días, y un aura de tristeza vagaba por la casa, donde las tres chicas se encontraban, algo estaba pasando, pero no estaba muy claro que era.

- Tengo miedo - Dijo Ima.
- ¿Miedo a qué? - Peguntó Lolita.

Poco a poco Bries dejó lo que estaba haciendo y se centró en la conversación de su amiga, no es que pretendiese hablar mucho, aunque sabía de miedos.

- Lo quiero, sé que nunca he sentido esto por nadie, es como si solo pudiese respirar cuando está cerca, ya hace más de una semana que no lo veo, anoche soñé con él, ya casi había olvidado su sonrisa, y ahí estaba, vagando en mis sueños, emergiendo de mi subconsciente, como cuando un tiburón salta fuera del agua, atendiendo solo a sus instintos en busca de una sabrosa presa. 
Solo que esta vez la presa soy yo, y me atrapa, me enreda, me puede. Lo quiero, y ahora, después de tanto tiempo, sé que él no siente nada por mí, o tal vez sienta pena, porque debe pensar que no soy más que una estúpida. Y me duele. Una vez, le dije a mi mejor amiga... - Hizo una pausa - Bueno, mi única amiga, antes de conoceros, le dije - repitió - que si él no me quería, mi vida dejaría de tener sentido, no penséis que soy melodramática, simplemente, me aburro, no me gusta vivir, nada tiene sentido, nada me distrae lo suficiente como para encontrar algo por lo que levantarme. ÉL era mi motivo y si no está, tal vez yo tampoco debería estar...

- Espera - La interrumpió Lolita - Hablas, de que quieres morir, ¿verdad?

- Si.

- Yo también - típico de Bries, habla poco, pero cuando lo hace, la habitación enmudece.

- ¡Bries! - Grito Lolita. - Nadie va a morir... - Hizo una pausa - Al menos, no por ahora.

El silencio inundó la habitación, y el verano pareció retroceder, para dar paso a un frío helado, que erizó la piel de las chicas. No hacía mucho que se conocían. Su encuentro había sido fruto de la casualidad en una red social, y poco a poco descubrieron que vivían más cerca de lo que pensaban.

Cada una estaba pasando por un momento complicado, Bries y sus dietas, Ima y sus desamores, y luego estaba Lolita, que se sentía perdida, anclada, como si el resto del mundo avanzase hacia nuevos horizontes, mientras ella se quedaba atrapada entre sus estudios, su ciudad, sin pareja. Todos parecían estar madurando a un ritmo vertiginoso, mientras ella, por mucho que se esforzaba, no parecía despegar.

Quizá el mundo no estaba siendo justo con ellas, pero ya sabes lo que dicen;
después de la tormenta siempre sale el sol,
y aunque ellas estaban atravesando uno de los temporales más largos de su historia, 
esperaban que tal y como dice la palabra,
sea solo eso, temporal.


11 comentarios:

  1. Me senti identificada, ojala sea solo eso un temporal y pronto salga el sol.
    besos

    ResponderEliminar
  2. Hola!! Me sentí identificada, pero no en este momento, sino 4 años atrás, por suerte, fue temporal :D. Bechooo ^3^

    ResponderEliminar
  3. Bonito relato. En general me siento identificada con cada una de las protagonistas, cada una por una cosa en particular.
    Un besito.

    ResponderEliminar
  4. Ays, ya añoraba entrar en tu blog y quedarme hipnotizada por algunos de tus textos/relatos. Si es que la vida es así, diferente para cada uno... a veces pasa lento, a veces pasa rápido, con momentos felices y otros tristes, pero lo que está claro es eso, que después de la tormenta siempre llega la calma y que por esa calma por hacerla única vale la pena vivir.

    Un besote ♥

    ResponderEliminar
  5. Wao, bonito texto. Breve pero profundo. Yo me siento como Ima ahora mismo y espero que sea momentaneo.

    Un beso enorme.

    ResponderEliminar
  6. Morir es algo que todos desean en algún momento. Y funciona perfecto cuando no tenemos otras opciones. Morí a veces, es morir espiritualmente, no solo carnalmente. Morir es que falte esa chispa que mantenía tu vida en incandescencia y activa y ya no está. Hay muchas formas de estar muerta sin estarlo.

    Me gustó la presentación de las protagonistas. No había visto el nuevo rumbo de tu blog. Creo que la que más me caracteriza puede ser Ima.

    ¡Un beso Ana que estés bien!

    ResponderEliminar
  7. Me ha encantado.
    Son personalidades muy reales y cercanas, y creo que van a dar mucho que hablar

    *abrazos*

    ResponderEliminar
  8. A veces queremos correr más de lo que podemos permitirnos. Todo lleva su proceso... tanto para madurar, como para superar amores rotos, e incluso para mejorar la visión que tiene una de su propio cuerpo. Pasito a pasito se consiguen las cosas, y todo pasa: "no hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo aguante". ;)

    Besos

    ResponderEliminar
  9. Me gusta tu narrativa, eres muy buena.
    Un saludo y un abrazo

    ResponderEliminar
  10. Siempre me encanta todo lo que escribes, y ahora me quedo con el trozo de frase "aunque sabía de miedos"

    ibeatforlove.blogspot.com

    ResponderEliminar

Leo todos los comentarios y trato de contestar a todos los que puedo. Gracias por dejar tu opinión, valoro mucho que inviertas tu tiempo en leer mis entradas y comentarlas. Si quieres dejar el enlace de tu página estaré encantada de echarle un vistazo.