Atada a lo que aprendí, presa de lo que olvidé

Aprendí a no agobiarme. A no enamorarme, aprendí a dejarme llevar. Aprendí a ser hoja y dejarme arrastrar por tus vientos. Por aires de cambio. Aprendí a buscar el amor con los ojos cerrados y a chocarme con tus muros para pasar el rato. Temía caer en tus redes sin darme cuenta que podía escapar por los agüjeros que tu dejabas abiertos. Aprendí a jugar con fuego y a no quemarme. Aprendí a levantarme, a sacudirme el polvo y a curarme yo sola las heridas.

Aprendí que lo único que importa es disfrutar del momento. Aprendí que podía ser inmune a tu veneno si me esforzaba en apretar los dientes. Aprendí que el dolor viene y va, y que las rachas de buena suerte no se controlan. Aprendí a perseguir  sueños baratos y a no soñarte por las noches.

Aprendí a quererte a ratos, a desearte a temporadas, a no echarte de menos, a desconfiar de tus palabras, a no enamorarme, a no rendirme. Aprendí que eras mis primaveras y que me quedaban otras tres estaciones que saborear. Aprendí a mirar de reojo y a verte reflejado en  la pantalla del reloj. Aprendí a recorrer tu silueta borrosa sobre la oscura pantalla del portátil.

Aprendí que eras una etapa de transición. y que quizá no quiera pasar de página.
Aprendí a morderme los sentimientos y anular el corazón, a amordazar los te quieros y silenciar los latidos acelerados.

Y de tanto, tanto que aprendí... Olvidé como olvidarte.




7 comentarios:

  1. A veces me duele leerte, no porque crea que estás mal (que espero que no) sino por lo que dices, por esos "aprendí" cuando hay tantas cosas que aprender mil veces mejores que esa. Es como si cada uno tomara una elección. Pues bueno, por muy hermosa que sea, me duele. Porque no tiene que ser sano.
    ¡Un besín!

    ResponderEliminar
  2. Te entiendo completamente, aprendes y aprendes y aprendes y se vuelve un circulo viciosos en el cual aprendes cosas que lo involucran de una u otra forma ya sea indirecta o directamente.
    Este es mi caso y estoy tan mal que había partes de tu texto que simplemente eras mis ideas dedicadas hacía él.
    Un abrazo enorme ana belem :3
    escribes fenomenal

    ResponderEliminar
  3. Pensaba que el reprimir los sentimientos y los latidos lo único que te llevaba era a olvidar como querer a esa persona... Y no sé qué es peor.

    Besos

    ResponderEliminar
  4. Cuanto más reprimes más largo es el olvido. Eso no es aprender, es negarse la posibilidad de batir alas y alejarse de lo que más daño nos hace.

    Consejos aparte... tus textos son increíbles, me resulta imposible decidir cual es mejor que cual. Sigue enamorándonos, Ana.

    ResponderEliminar
  5. Lo importante es quedarse con la enseñanza que nos deja el tiempo...

    Fantástico Ana.

    ResponderEliminar
  6. Todo lo aprendido te sirve en un futuro para que aprendas otras cosas más servibles y seas feliz.

    ResponderEliminar
  7. Muy lindo y triste. Las cosas no deberían ser así pero es como uno se va adaptando a lo que se presenta, a veces para estar bien y no dañarse. Adoro todo lo que trasmites, saludos :)

    ResponderEliminar

Leo todos los comentarios y trato de contestar a todos los que puedo. Gracias por dejar tu opinión, valoro mucho que inviertas tu tiempo en leer mis entradas y comentarlas. Si quieres dejar el enlace de tu página estaré encantada de echarle un vistazo.