La Suerte de Trece IX

Capítulo IX.
Día Siete, La Pesadilla de Perderte.

Un sudor frío me recorre todo el cuerpo. Estoy empapada y asustada. Sólo ha sido una pesadilla me repito una y otra vez. Tengo el camisón completamente pegado al cuerpo, respiro con dificultad y no consigo desacelerar el corazón que parece querer batir un récord. Tengo la sensación de que quiere salirse de mi pecho y echar a correr lejos de mí para dejar de sentir de una vez. 
Estábamos en el bosque de las hadas, recostados el uno sobre el otro, observando como las ranas saltaban a la charca, como los pájaros daban banda sonora a un momento que a mi me parecía idílico. Él me acariciaba el pelo, yo me dejaba llevar. Podía sentir su calor, su respiración, incluso los latidos de su corazón.
De repente el estallido de una bomba me saca de mi ensimismamiento y él se levanta alterado. Me mira a los ojos, y puedo ver el pánico reflejado en los suyos. Su rostro desencajado, mirada de pavor. Me mata esa imagen.
- Trece - Me dice - Tienes que huir.
- ¿Huir? ¿A dónde?
-Eso no importa, ¿Ves esa senda? - Dice señalando un claro en el bosque en el que no había reparado nunca. (Por que probablemente no exista) - Corre, corre y no mires atrás. Corre hasta que no puedas más, hasta que encuentres a alguien dispuesto a ayudarte. Pero no confíes en cualquiera.
-Wilhem, no quiero irme sin ti.
-Trece, debes hacerlo.
Lo abrazo con fuerza, él sitúa bajo mi barbilla su dedo pulgar y con delicadeza la alza un poco hasta que mis ojos se cruzan con los suyos. Cierro los ojos, pero no hay tiempo para un beso porque alguien sale de detrás de un matorral.
-¡Wilhem! ¡Traidor! - Grita un soldado rubio mientras corre hacia él dispuesto a embestirlo. 
Wilhem conigue zafarse, me agarra por los hombros en lo que tarda el soldado en levantarse y me insta a correr, me lo suplica. Pero yo me quedo paralizada, no puedo abandonarlo ni tampoco moverme, empiezo a temblar y llorar, como no recuerdo haberlo hecho nunca.
El soldado se abalanza de nuevo contra el doctor, que ésta vez no tiene tanta suerte y cae al suelo. El rubio comienza a golpearlo en la cara de forma repetida. Me siento impotente, inútil, y hago lo único que se me ocurre; salto sobre él tratando de desequilibrarlo, pero no lo consigo. Aún así se levanta y ésta vez va en mi busca, me agarra del pelo y grito de dolor. Noto como saca una pistola y me la coloca en la sien izquierda. Temo por mi vida, pero temo aún más por lo que pueda pasarle a Wilhem.
Antes de que pueda apretar el gatillo, el doctor lo empuja. Me sujeta, me pregunta si estoy bien. Y entonces... El sonido sordo de un disparo, me pitan los oídos... Y pierdo el norte por un momento, miro a Wilhem de piedra frente a mí, una mancha color carmesí tiñe su bata blanca, él se lleva la mano al abdomen y me mira, más apenado por mí que por él.
En ese momento despierto, con la imagen de sus ojos mirándome. Con el desgarrador recuerdo de la vida apagándose de su mirada. Y no puedo evitar romper a llorar como una cría, aún sabiendo que todo ha sido una pesadillas. Él me oye y entra como una tromba en la habitación, verlo aparecer me acelera aún más y no espero ni a que esté junto a la cama para lanzarme a sus brazos. Para besarlo aún con las lágrimas brotando de las cuencas de mis ojos, aún con los surcos en mis mejillas. Él se deja besar, me agarra con pasión y no me pregunta que me pasa porque sabe que hablar no es lo que yo necesito.
Triste amor fugaz con fecha de caducidad. Ahora el miedo a perderlo es real. 
Ahora sé como debió sentirse Wilhem cuando yo me desmayé, la preocupación, el miedo a perder a alguien a quien quieres. Por muchas personas que haya perdido... Está claro que nunca estás totalmente vacunado contra la pérdida de los seres queridos, nunca asumiremos las muertes de aquellos que nos importan, por muchos que se vayan, por muchos que perdamos, por cuantos desaparezcan. 
Si quieres te arriesgas a sufrir, y si no quieres... Es como si no vivieras. Los muertos no quieren... no sufren, pero tampoco conocerán lo que se siente cuando te abrazan y te dicen que todo saldrá bien. Aunque en el fondo los dos sabemos que es mentira, sus palabras alivian el dolor y ya es más de lo que podría haber deseado.


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6 comentarios:

  1. "Si quieres te arriesgas a sufrir, y si no quieres... Es como si no vivieras."

    Hace un tiempo atrás ya, le dije casi esas mismas palabras a alguien a quien amaba, pero a quien dominaba el miedo, sobretodo el miedo a sufrir.
    No sé de él ahora, pero sí sé que yo jamás me sentí más viva que cuando, incluso después de haber sufrido tanto por perderlo, me regalé a mí misma la oportunidad de volver a amar.

    Quien te lee ya no puede parar ;)

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  2. Por un momento me he imaginado que el sueño era la realidad de Trece y se me han puesto los pelos de punta. No me puedo imaginar que Wilhem y Trece se separan, están viviendo su amor y realmente están enamorados y la verdad que me daría pena que esa historia se acabe.
    Sigue así que a mí me tienes enganchada jajaja.
    Un besito.

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  3. Yo también he temido, como Nerea, que te hubieras vuelto loca y el sueño fuera real. Tengo el corazón tan acelerado como Trece. Recuerdo que una vez soñé algo parecido con Martín, creo que cuando andaba en el buque y estaba sola e incomunicada,dios,que llorera me metí. Me has hecho recordarlo y me duele un poco el alma.
    A ver si al menos pueden disfrutar del tiempo que tienen juntos.
    ¡Un besín!

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  4. Me ha impactado el comienzo del capítulo. Soy de los que piensan que el final de un texto es lo que más cerca de la memoria y por ello, considero esencial que sea fuerte y impactante. Pero si ese final no viene de un comienzo fuerte, tiene por fuerza que perder potencia en su efecto. Y aquí, el sudor, un corazón acelerado, una marca que batir... Eso ya denota una acción que te hace querer saber más. Así que ya me quedo con tu capacidad de darle movimiento a la historia desde el principio. Una muestra más de tus posibilidades con la escritura. Sigamos...

    Después de unos latidos rápidos ofreces calma, música alada que apenas rompe el silencio y una bomba te vuelve a poner el corazón en un puño. En apenas dos párrafos juegas con los contrastes de un modo que me ha gustado mucho y que facilita el seguimiento de lo que ocurre, sin que la acción llegue a saturar gracias a ese "episodio" de calma que separa los latidos desbocados de la explosión de la bomba y la posterior angustia de la incertidumbre, un beso posible que no se da, un forcejeo que parece interminable y un disparo, la tristeza por el que se queda y no por el que se va y volvemos al contraste de calma cuando el despertar tranquiliza la respiración y el lector sonreí en el alivio mientras la fuerza del nudo de su pecho se deshace.

    Y el final es una síntesis reflexiva de lo que ha sido una pesadilla. Una invitación a pensar sobre las cosas pueden ser importantes para la gente. Respetando todos los modos de pensar, respetando que haya gente que considere lo más importante algo que para ti no tiene ninguna importancia, realmente el ser humano nace para perseguir el amor, duela lo que duela, ponga las pruebas que ponga, como la pérdida, como el abandono, como la marcha, como la soledad... Y como decía William Shakespeare y puede verse en la película "Perdona si te llamo amor", "Es mejor haber amado y perdido que nunca haber amado". Precisamente, porque te hace sentir vivo, aunque duela.

    Yo también pienso que una palabra puede salvar un día.

    Que tengas un fin de semana llena de cosas bonitas, guapísima. Un besito muy grande ^_^.

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  5. Increíble capitulo, me encanta esa gente que puede escribir tan lindo, de verdad. Ojala yo tuviera tanta facilidad para escribir. Me encantaron las palabras ultimas de ..." Por muchas personas que haya perdido... " espero que no te importe pero voy a compartirlo con mis seguidores de twitter! Me reencanto, es algo tan sincero, tan real, y que me ha llegado tan profundo. Un gran beso.

    - sonríe eternamente -

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  6. Me encanto el capitulo, es sorprendente la facilidad con la que escribes,
    me he enganchado y el principio me ha recordado a cuando yo tengo pesadillas, es una sensacion horrorosa y es cierto terminas totalmente empapado.
    Concuerdo en que nunca seremos inmunes a la perdida de un ser amado, pero es mejor haber tenido alguien que amar y este amor sea resiproco que nunca haber sentido nada.
    si existe el amor debe haber un correspondiente como es la trsiteza.
    un abrazo, pásate cuando quieras.

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